Dioxinas: el veneno en la comida | Eurodinámica | DW | 07.01.2011
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Eurodinámica

Dioxinas: el veneno en la comida

En Alemania han tenido que cerrarse miles de criaderos de pollos y cerdos por contaminación con toxinas industriales mezcladas en forraje. ¿Cuáles son estas sustancias tóxicas y qué tan peligrosas son?

¿Idilio del pasado? La producción industrial ha acabado con la vida natural de los animales.

¿Idilio del pasado? La producción industrial ha acabado con la vida natural de los animales.

No parece haber año sin escándalos de contaminación de carnes, leche, huevos, quesos, vinos etc. Este 2011 comenzó con la contaminación con dioxinas mezcladas - supuestamente - por equivocación, en el forraje de alimentos para pollos. Miles de toneladas de forraje para animales contaminado con dioxina se vendieron a miles criaderos de aves de corral y de cerdos en ocho Estados alemanes,

Si bien es cierto que contra la energía criminal sólo ayudan los controles efectivos, ahora que el daño está hecho es importante conocer el tipo de toxinas que, a través del consumo de carnes, leche y huevos, habrían ingerido ya miles de personas.

Todas las dioxinas son tóxicas, unas en mayor, otras en menor grado. Pero todas tienen la funesta propiedad de acumularse en el cuerpo de humanos y animales, pero también en las plantas. Helmut Schafft, del Instituto alemán de Valoración de Riesgos: “Al cuerpo humano las dioxinas entran, por lo general, a través del consumo de alimentos. Si las carnes, la leche, los huevos y el pescado que se consumen están contaminadas con dioxina, ésta se acumula en el cuerpo humano, más exactamente, en las grasas. Las dioxinas aman las grasas y se mantienen allí por mucho tiempo”.

Las dioxinas son conexiones químicas que contienen carbono, hidrógeno, oxígeno y cloro y surgen como residuos de reacciones químicas en la fabricación de acero, pinturas o gasolina, pero también en la incineración de basuras. Pero dioxinas, igualmente, se generan en fenómenos como las erupciones volcánicas y los incendios forestales.

Existen unos 200 tipos de dioxinas que, por lo general, son incoloras e inodoras. 17 de ellas son consideradas como peligrosas para la salud. Helmut Schafft, sobre el efecto de las dioxinas en el cuerpo humano: “Sobre todo son efectos crónicos, a largo plazo, que en animales han sido bien estudiados. Entre ellos se hay disfunciones del aparato reproductivo y del sistema hormonal. Algunas de las dioxinas son cancerígenas.”

También los animales consumidos por el Hombre ingieren la dioxina a través de los alimentos. En ese caso pueden ser plantas que estando al aire libre pueden estar contaminadas con dioxina en polvo.

Alrededor del 95 por ciento de las dioxinas ingeridas están contenidas en huevos o los productos fabricados con éstos. La aspiración de dioxina es, por de otro lado, relativamente baja. Y su efecto en el cuerpo depende de varios factores: edad, peso y, especialmente, del tipo de dioxina.

Además de generar cáncer, algunas dioxinas también ocasionan daños hepáticos y disfunciones del metabolismo. En algunas personas se presentan enfermedades cutáneas, acné y una reducción extrema de peso.

Si estas sustancias son tan dañinas ¿por qué entonces no son prohibidas? Helmut Schafft, del Instituto alemán de Valoración de Riesgos: “Las dioxinas no pueden ser prohibidas. Siendo producto de la combustión, las dioxinas están presentes en el medio ambiente. En Alemania, como en Europa, tenemos que aprender a vivir con las dioxinas”.

La dioxina más tóxica suele permanecer en el cuerpo unos 7 años, antes de ser eliminada por completo. Los tipos de dioxinas menos tóxicos, en cambio, son menos contaminantes pero más perseverantes en su permanencia en el cuerpo de un animal, y es de presumir que lo sean también en el cuerpo humano. Éstas toman hasta 40 años hasta poder ser eliminadas por el organismo.

Autor: José Ospina-Valencia
Editor: Pablo Kummetz

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